La Quinta de Don José
Comunicados

El Gran Dilema Nupcial: A Quién Invitar y A Quién No

09 Febrero, 2024

El Gran Dilema Nupcial: A Quién Invitar y A Quién No

09 Febrero, 2024 - Comunicados

¡Bienvenidos, queridos tortolitos y planificadores de festines matrimoniales! 

Hoy vamos a sumergirnos en el maravilloso mundo de las listas de invitados. Pero no teman, esta no será una charla soporífera. Prepárense para una aventura en la que descubrirán quién merece el honor de recibir una de sus preciosas invitaciones, y quién... bueno, tendrá que conformarse con ver las fotos en las redes sociales.

La Lista de Invitados: Un Juego de Preguntas y Respuestas

¿Tu pareja lo conoce?

Vamos a empezar con algo básico: si tu media naranja no tiene ni idea de quién es esa persona, ¿realmente necesitas enviar una invitación? La boda es un dueto, no un solo. Si no es un conocido de ambos, tal vez es hora de repensar su lugar en la lista.

¿Has hablado con la persona en el último año?

Si no has intercambiado más que memes o un "Feliz Año Nuevo" genérico en los últimos 365 días, podría ser una señal. Después de todo, queremos risas reales, no solo emojis en nuestro día especial.

¿Has pasado tiempo con la persona fuera del trabajo?

Aquí es donde se separan los colegas de los compinches. Si lo único que compartes con esa persona son impresoras y cafés del break, quizás no esté listo para el ascenso a invitado VIP de tu boda.

¿La persona te invitaría a su boda?

Pongámonos en sus zapatos. Si la situación fuera al revés, ¿recibirías una invitación con tu nombre grabado en dorado? Si la respuesta es "no estoy seguro", entonces, amigo mío, tienes tu respuesta.

¿Te imaginas este día sin esa persona?

La prueba final es simple: cierra tus ojos y visualiza tu día perfecto. Si esa persona no aparece en tu montaje mental de felicidad y confeti, es probable que puedas seguir adelante sin mandarle una invitación.


Rodearse de Amor Verdadero

La boda es una fiesta de amor, no una convención de conocidos. Al final del día, lo importante es que estén rodeados por aquellos que les han dado forma, risas y apoyo. Usen estas preguntas como su brújula personal para navegar por la maraña social y llegar a la lista de invitados perfecta.

Así que, ¡manos a la obra! Y recuerden, al final del día, lo único que realmente importa es que estén ustedes dos, diciendo "Sí, acepto" y comiendo pastel. Porque, seamos sinceros, ¿hay algo mejor que el pastel de boda?

¡Nos vemos en el pasillo... el de la iglesia, no el del supermercado! ¡Feliz planificación!